El
destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que
jugamos.
William
Shakespeare
Alguna
que otra vez, durante la lectura de una novela o en el visionado de
una película, hemos pensado que todo estaba siendo demasiado
predecible. Al final puede habernos gustado más o menos, pero si de
antemano se veía lo que iba a suceder, no se habrá encontrado esa
estimulante emoción que a todos nos gusta vivir.
Supongo
que todos estaremos de acuerdo en que no hay nada más atractivo a la
hora de que nos cuenten una historia que el que contenga alguna que
otra sorpresa que ni por asomo esperábamos, que la trama dé un
giro inesperado y se produzca ese impacto ante nuestros ojos que nos
deje desconcertados.
Si
algo me gusta de esta historia que nos llevamos entre manos es
precisamente eso: que no se puede decir que sea predecible. Ni yo
mismo - y esto es algo que no me cansaré de repetir- sé con
seguridad lo que puede suceder en adelante ni qué personajes van a
sobrevivir.
En
este punto en el que nos encontramos, todo apunta a que Holden,
mordido en una pierna por un niño zombi y también en un hombro por
un infectado hecho y derecho, pase a formar parte de las bajas.
Podría ser la quinta defunción, si no llevo mal la cuenta.
Pero,
claro, ni siquiera nos planteamos ir a buscar flores para su tumba
porque sabemos que Nerine tiene un frasco de Doxma en el bolsillo y
que María José y Nacho podrían aparecer tarde o temprano en la
aldea con un buen cargamento de ese jarabe milagroso.
Pero
estaba yo pensando que si todo depende finalmente de mí, de lo que
yo decida escribir, el factor sorpresa podría funcionar con vosotros
pero no conmigo, y ya he dicho cuánto me gusta un buen susto en
cualquier historia.
Es
por esta razón que voy a lanzar un nuevo reto para que nadie, ni yo
mismo, sepa con seguridad qué ocurrirá.
Esta
vez no será un reto de superviviencia general como hasta ahora ha
sido, sino una cooperación por vuestra parte para intentar salvar a
Holden.
Si
el reto se consigue, el Doxma le llegará a tiempo, de lo
contrario... nos quedaremos sin el amo de Villa Zombi.
¿Qué
es lo que hay que hacer? Algo muy sencillo, creo yo.
Han
de participar en el reto los 7 compañeros que se encuentran ahora
mismo en la casa junto a Holden, es decir: Ángeles, Fran, Anasister,
Roquito, Carlos, Montse y Juan Miguel. Es evidente que la malvada
Nerine se negaría a ayudarle y Nacho y María José todavía no lo
conocen, por lo que estos tres personajes se quedarán al margen
esta vez.
Antes
del 1 de marzo, cada uno de los siete retados ha de conseguir que un
bloguero deje un comentario.
Es
decir, Ángeles, por ejemplo, (seguro que ya la he puesto nerviosa)
ha de pedir a un bloguero o bloguera de confianza que le haga el
favor de entrar en este blog y escribir:
“Hola,
vengo de parte de Ángeles con la intención de salvar a Holden...”
Otro
lo haría informado por Fran:
“Hola,
vengo de parte de Fran con la intención de salvar a Holden...”
Y
lo mismo para todos los demás.
Ni
que decir tiene que el bloguero que se preste a ayudar, además de
empezar como he dicho, puede añadir lo que quiera si le place.
La
razón por la que pido que sea un blogger es para que no se hagan
trampas, pues uno mismo podría escribir en nombre de otro, y eso
sería engañar al mismísimo diablo. Osea que es necesario que el
nombre del comentarista enlace a su blog.
Si
llegan los siete comentarios antes de que acabe el mes, el reto
estará superado.
Peeero...
(y aquí está mi lado benévolo, para que no todo sean maldades):
Cabe
la posibilidad de que alguno se despiste o incluso que no llegue a
leer esto a tiempo. Esto perjudicaría a Holden, al que puse en la
cuerda floja a pesar de que nunca perdió ninguna prueba de
supervivencia. Para darle la posibidlidad de luchar contra una
posible adversidad, él mismo podrá poner de su parte para
salvarse. Eso sí, con condiciones.
Si
el 26 de febrero, a dos días de que acabe el plazo, alguno no ha
conseguido el comentario amigo, el mismo Holden podrá pedir ayuda a
compañeros bloggers para que le salven pero cada falta se
multiplicaría por tres. Es decir, que si faltara solo un comentario,
tendría que conseguir tres. Si faltaran dos, seis, y así hasta
morir de estrés.
Y
ahora es cuando yo me relamo de gusto esperando a ver cómo se juegan
las cartas y preguntándome cuál será el destino de Holden.
La
emoción está asegurada.
La
vida no es siempre una cuestión de tener buenas cartas,
sino
de jugar bien una mala mano.
Robert
Louis Stevenson